Hoy lunes salí a dar un paseo entre la brisa gélida de la sierra nuestra y no hay lugar que no se hable de la noticia del “chuponeo” que el candidato a la Presidencia Regional de Huancavelica Glodoaldo Álvarez Oré del Movimiento Regional Ayllu habría contratado para neutralizar las movidas de su cercano rival Maciste Alejandro Díaz Abad del Movimiento Regional Trabajando para Todos. En este paseo pude dar con varias reacciones: Personas, supongo opositoras al Ayllu, con una sonrisa triunfalista que dan como ganador a otro candidato menos a los “enchufados” en el chuponeo que denunció Panorama de Panamericana Televisión. Y aquellos que con sudor de vasallos electoreros abonaron hasta con sangre y lágrimas el crecimiento del “Choclo” del Ayllu muestran una decepción absoluta y ven a Glodo, su líder, como un traidor incalificable.

Todos coinciden en mencionar que Glodo no necesitaba “enchufar” sus “Choclos” a las líneas de interceptación del tal Tito (Ernesto Torres Córdova), delincuente especializado en el negocio de las escuchas prohibidas. Dicen mis interlocutores que Glodo está rodeado de “asesores inútiles” que no supieron cuidar, blindar ni menos defender al candidato favorito del “Choclo”. Hoy ven al Choclo roído, desgranado, sucio, inapetecible y hasta podrido. Pero otras voces más reflexivas también lanzan conjeturas razonables como que los reforestadores de pared del “Árbol” le tendieron una trampa al “Choclo” inocente.

Y como periodistas, no podemos dejarnos llevar por las emociones encontradas ni de uno ni del otro bando político. Vayamos desgranando y desrramando algunas hipótesis sobre esta pachamanca sucia de la política huancavelicana.

¿CHOCLO ENCHUFADOR?

Es poco creíble que un avezado político como Glodo sea un inocente y haya podido caer “inocentemente” enredado entre los cables chuponeadores del tal Tito. No puedo imaginarme a un Glodoaldo zonzo o cojudo capaz de caer como tamalito ante las apetecibles propuestas delincuenciales del chuponeador Tito. Bien le ganó las ansias de asegurar su deleite del poder regional o es un “choclo fresco” que cumplió las indicaciones de sus inútiles asesores que lo catapultaron al fracaso y el absoluto desprestigio. Un interlocutor callejero me decía: “Profe, si aún quisiera hacer eso, no lo haría yo mismo, lo haría por intermedio de un chacal y no comprometo mi candidatura” Pienso que ese callejero está por encima de los orondos “asesores” que dicen configuraban la figura presidencial del Choclo Glodo. Sin embargo, desde mi óptica periodística asevero que Glodo no es un líder sino un ambicioso de poder incapaz de luchar con sus propias fortalezas para ganar al contendor. No importa cuánto pagó a Tito ni cuánto provecho sacó de los audios chuponeados. A la luz de la verdad, el candidato está enfrascado en un delito grave como es la interceptación telefónica y dudo que a estas alturas sus argumentos puedan convencer a sus potenciales electores.

¿ÁRBOL ENCHUFADO?

En este embrollo de chuponeados y chuponeadores salta la imagen de un Árbol lleno de cables, casi casi como un arbolito de navidad. En todo caso, las huestes de las arboledas de pared se sienten las víctimas, se sienten mancillados en sus ramas ariscas. Y cómo no. Le están sacando provecho vociferando a los cuatro vientos que no voten por Glodo porque es un Choclo chuponeador y están casi suplicando a que las autoridades encarcelen a Glodo ya que es parte de una gran mafia de chuponeadores. Hasta ahí pueden tener razón. Pero la pregunta salta por sí misma cuando en este caso entra en escena el protagonismo de un ex funcionario del Gobierno Regional, Alcides López, Ex Jefe de la Oficina de Comunicaciones de Maciste Díaz, gente de confianza de los “arbolitos”. Es poco creíble que gente de la absoluta confianza de la gestión de Maciste ahora esté coqueteando para el Choclo cuando Glodo ni siquiera está en el poder. Aquí entra la teoría del “Caballito de Troya”. Alcides no es más que un infiltrado de Maciste, es el cebo, el señuelo de los “arbolitos” que se metió como gusano en el “Choclo” para hacer explotar una supuesta ayuda en un escándalo delictivo. No importa cuánto gana ni qué gana el tal Alcides. Lo cierto es que este individuo es el nexo visible y real de una banda de chuponeadores. Deberá responder desde cuándo y cómo llegó a tener esos nexos oscuros con el delincuente y qué ganaba siendo el embajador de las escuchas ilegales. La justicia tendrá que chuponearle las verdades que el pueblo quiere saber.

“YO EL CHUPONEADOR”

Pongámonos en los cables de Tito el chuponeador. Claro que el rey de las interceptaciones ilícitas no es monjita de caridad. Su trabajo tiene costo, tiene precio y más aún si en los audios hay “un buen chocolate” o carnecita. Sabía y conocía que interceptar tanto a Glodo y Maciste le traería buenos réditos. Desde que el embajador de las escuchas ilegales (Alcides López) le contactó con el “inocentemente he caído” sabía que jugaría a dos ases. Por un lado sacarle unos miles de granos a los choclitos y por otro lado reduplicar o cuatruplicar sus ganancias vendiendo esos mismos audios a los arbolitos. Negocio redondo. Aquí nuestra reflexión periodística. Dudamos que el mismo Tito haya sido quien alcanzó los audios y las pruebas al programa Panorama. ¿Qué pudo haber ganado haciendo eso? Nada. Por el contrario ponía en riesgo incluso su propio negocio ilícito. Vendidos los “chocolates” a Glodo y Maciste ¿quién era el más interesado en llevar los audios a la prensa? ¿El chuponeado o el chuponeador? Es más, en el reportaje se ve hasta filmaciones del encuentro de Glodo con Tito el chuponeador. ¿Qué interés tendría Tito de filmarse con Glodo? ¿Para evidenciar su ilícito negocio? Si fuese así sería un delincuentucho de pacotilla. ¿O fue el actor comprado para una filmación maquiavélica y hundir a Glodo? Se advierte que detrás de todo hay un buen guion: premeditado, pensado, planificado y revisado para joder al oponente. ¿Quién sería? Ya lo habrán identificado.

¿MAFIAS ELECTORALES?

Dice el dicho “A río revuelto, ganancia de pescadores”. Quienes suman puntos a su favor son los movimientos monses o petisos. Las aguas se acaudalan, las manos aplauden, las llaman corren en tropel y hasta la lampa cachosea en bufandas de un matador de perros. Aunque otras voces ambulantes indican que a estas alturas la campaña electoral en Huancavelica ya es una pachamanca electoral. Árbol para hacer leña y calentar el horno. Papa, choclo, carne de llama y toro para la pachamanca. Agua para la chicha y una lampa trajinada para destapar el horno.

Pero el asunto no es sólo jocosidad. A estas alturas de la campaña, el vale todo de los movimientos políticos de Huancavelica “certificaría” la existencia de clanes y mafias con careta de “política” para tomar “a sangre y fuego” el gobierno regional y los gobiernos locales. La actitud política se traduce en actitud procaz y delincuencial restándole el fin social y de servicio del quehacer político. Nos obligan en todo caso a elegir al mejor o al peor de los forajidos que festinarán con los presupuestos de Huancavelica.

Seguramente, las redes sociales seguirán regurgitando pruebas y evidencias de la miseria humana de los candidatos huancavelicanos. Están ahí por ejemplo la hija extra matrimonial de un candidato cuyo tío ofrece una recompensa de cinco mil soles para dar con el ruin que colgó en el facebook la partida de nacimiento de la hija extramatrimonial. Está también el video de una reunión secreta en donde la hija del dictador Fujimori da fe que Glodo es su candidato y da vaticinios que debe ser el presidente regional. Igualmente, está el video de un candidato a consejero regional acusado de acosador de una menor de edad y obligado a confrontar con su esposa y la madre de la menor ante el juez de paz.

No creo que la democracia electoral nos haya traído movimientos políticos sanos, honestos y responsables. Veo a la luz de los hechos que estamos ante verdaderas mafias y clanes bien montados que quieren detentar el poder a cualquier costa. Y los electores no podemos ser los compinches que formalicen sus intenciones de robos millonarios. Me obligan a NO votar ni por mafias ni por clanes. Me obligan a viciar mi voto y desbaratar la creencia cojuda que la democracia es sana y perfecta.